Una fachada ventilada de composite es un sistema de cerramiento exterior del edificio instalado en seco. Puede instalarse en obras nuevas o en edificios en rehabilitación.
Este elemento proporciona al edificio un hueco entre su muro perimetral y el revestimiento exterior. Su objetivo principal es moderar el intercambio de calor, aire y luz que circula entre el interior y el exterior del edificio.
Las fachadas ventiladas mejoran la longevidad de los edificios gracias al ahorro energético (reducen el consumo de luz hasta un 30%) y al aislamiento térmico que proporcionan a los interiores de las viviendas.
Una fachada ventilada se compone de un muro de soporte, una cámara de aire, una capa aislante sobre el soporte y, por último, una capa de revestimiento.
Las fachadas ventiladas de composite son una solución popular y valorada.
Este sistema de fachadas consta de una capa aislante y un revestimiento exterior de paneles compuestos. Entre ambas capas se deja un espacio de aire, el llamado hueco de ventilación, cosa que ayuda a la climatización del edificio.
Esta solución garantiza la correcta circulación del aire, evitando la acumulación de vapor de agua. Gracias a ello, podemos mantener fácilmente la temperatura y la humedad previstas en el interior del edificio.
Impulsados por la creciente necesidad de reducir el consumo de energía, en los años 70 en el norte de Europa y en los 80 en Italia, las revistas del sector de la construcción comenzaron a difundir información sobre los principios de la construcción, la calidad y los resultados de las prestaciones.
En las publicaciones de la época se presenta un sistema tecnológico con una serie de capas funcionales conectadas al edificio mediante una subestructura metálica.
La estratificación del sistema incluía: una capa de aislamiento térmico colocada en adherencia a la pared exterior del edificio, debajo, un hueco de ventilación y el acabado del revestimiento exterior. Desde entonces, el sistema no ha cambiado mucho en su funcionamiento, utilizando el producto final: las fachadas ventiladas.
En el espacio de la cavidad se desencadena un mecanismo de ventilación natural, gracias a la entrada de la corriente de aire ascendente, activada por la diferencia térmica entre la temperatura de la cavidad y la entrada, mediante respiraderos situados en la base de la fachada y en su extremo superior.
Este fenómeno, también llamado «efecto chimenea», se caracteriza por un flujo de aire que se regula en función de las condiciones ambientales externas. De hecho, en verano, el sistema permite reducir la carga térmica entrante, mientras que en invierno el objetivo es limitar las pérdidas de calor presentes en el interior de los edificios.
La función de la capa externa de revestimiento, además de crear físicamente el espacio de la cavidad, es proteger las capas internas de la acción de los agentes atmosféricos.
Para que provoque movimientos convectivos que mejoren las condiciones de confort del edificio, la distancia que separa las dos capas debe diseñarse siempre teniendo en cuenta una serie de factores relacionados con las condiciones climáticas en las que se encuentra el edificio.
Las fachadas ventiladas pueden variar según la fabricación y marca que las produzca. Todo depende del tipo de materiales que estos seleccionen, así como del tamaño de la superficie de la pared en la que realicemos la fachada.
En lo referente a su construcción, en el precio también influyen todos los elementos y acabados adicionales.
Para entenderlo mejor, vamos a ver las partes de una fachada ventilada.
El muro soporte es una parte fundamental de la fachada ventilada de composite. Este muro puede estar hecho de ladrillo u hormigón, entre otros materiales, y sirve como base sobre la que se instalan los anclajes de la fachada ventilada.
La capa aislante se encuentra adherida al muro soporte y su función principal es mejorar y reforzar la capacidad de aislamiento térmico y acústico de la fachada ventilada.
La cámara de aire se encarga de regular la temperatura del muro que da al interior del edificio. Gracias a la gestión de las corrientes de aire, mantiene el muro aislado del calor durante el verano y evita la humedad por condensación en invierno.
La capa exterior o de revestimiento es la cara visible de la fachada ventilada y puede estar hecha de diferentes materiales, como piedra natural, ultraligera, metal o madera, o una combinación de estos. La elección de material depende de la estética requerida por el arquitecto y de la eficacia del propio material según el tipo de edificio y su entorno.
Gracias a su diseño, las fachadas ventiladas de composite permiten que el agua se drene en la cavidad y que cualquier otra humedad se evapore a través de la cámara de aire, lo que ayuda a prevenir problemas de humedad.
Y, por estos motivos, las investigaciones científicas demuestran que una fachada ventilada tiene múltiples beneficios en comparación con otras técnicas de construcción. Cuando un muro de ladrillo u hormigón está expuesto a la lluvia continua, puede actuar como una esponja, debido a la naturaleza porosa de los materiales.
Las fachadas ventiladas de composite, sin embargo, permiten que el agua se drene en la cavidad y que cualquier otra humedad se evapore a través de la cámara de aire. La fachada puede mojarse en la cavidad debido a las juntas abiertas, pero esta humedad se evaporará rápidamente gracias al flujo de ventilación dentro de la cavidad de aire.
Entre las muchas ventajas que ofrece una fachada ventilada, destacan las siguientes:
No dudes en ponerte en contacto con nosotros si necesitas más información sobre las fachadas ventiladas.
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